Caras, caretas y caraduras del Gran diario
POR CLAUDIO DIAZ
Quizá porque le llegó un poco tarde el “reconocimiento” es que desnuda su patética actualidad, como esas vedetes que entradas en años y kilos quieren recuperar el tiempo perdido posando desvergonzadamente para la platea mediopelera. Cerca de llegar al codo de los 60, este divo que durante muchos años lustró la mesa de noticias de Clarín encontró de golpe un espacio como opinólogo. Y con esa típica actitud de los tilingos culturosos se mete a hablar de política, de economía, de costumbres argentinas, de fútbol, de gastronomía, de… Un charlatán que escupe zonceras desde el teclado.
Ha recorrido un largo camino este veterano llamado Marcelo Moreno. Y ha trabajado horas extras para revolear el pensamiento gorila y denigrante del medio más antikirchnerista de la Argentina. Pidiendo disculpas por adelantado, porque su producción intelectual destituyente es abrumadora, aquí van algunos ejemplos:
“Lo que ganó es la política entendida como un ejercicio limpio de negociación y construcción incesante de consensos. Lo que perdió fue la patoteada, el verticalismo, la prepotencia, la obediencia debida” (17 de julio de 2008).
“Sangran por la herida cada vez que se muestran estos ex menemistas arrepentidos. Y se ven tan patéticos como alucinatorio resultó el golpe de Estado que predicaron, profetizaron y nunca fue” (26 de julio).
“La presidenta sonríe mucho. Se la ve radiante. Le ha encontrado rédito a su sonrisa. Mientras sigue, intacta, su política. Ningunea al campo, mantiene (aunque escondido y calladito) a su trío negrísimo: Kirchner, D’Elía y Moreno. Mientras, el país se empieza a caer a pedazos…” (9 de agosto).
“No sólo los bonos caen, sino que la inflación trepa, la inseguridad arrasa, la pobreza se multiplica y la economía se para (…). Una administración especializada en el mamarracho” (12 de agosto).
“Ella es simpática (…) tronante ante multitudes aplaudentes de pancho, coca y efectivo” (16 de agosto).
“De golpe y porrazo este gobierno siempre incólume en su propensión al grotesco, pasó abruptamente de la diatriba y el augurio de un inminente golpe de Estado a las buenas maneras con la oposición, escondió a D’Elía en el placard y a Moreno lo mandó a callar (…) Lo peor: ellos siguen siendo tan peores como en los peores momentos nos mostraron que eran. Eso no lo cambia nadie” (23 de agosto).
“El fin del capitalismo ya empezó. ¡Y acá! El crédito ya ha muerto en la Argentina. Si usted consigue que alguien le preste unos mangos a una tasa razonable, agarre y rápido porque es el último. Con lo cual el perverso sistema tiene los días contados por estas Pampas” (15 de octubre).
”Tan improvisado, torpe y grosero fue el manotazo sobre los fondos de las AFJP -es decir, de los afiliados a esas entidades- que el marasmo sigue zamarreando hasta a los más acérrimos defensores de la jubilación estatal. El discurso paraestatal con que se intenta disimular la maniobra resulta tan endeble como la misma obra del numen intelectual de la Presidenta, don Arturo Jauretche” (11 de noviembre).
“En la Argentina avanzamos desde un capitalismo de amigos hacia un capitalismo estatal, o hacia un neosocialismo chavista, en todo caso hacia algún tipo de esperpento económico color tropical. Lo que sí, el capitalismo tal como lo conocimos, ya no será” (19 de noviembre).
“Se va un año en que el ex presidente -jefe, en realidad, en funciones- está siendo investigado, junto a un notable grupo de colaboradores nada menos que por asociación ilícita” (27 de diciembre).
“Nada diré -pues mucho ha sido escrito- sobre la genial jugada diplomática protagonizada por nuestra Presidenta, a quien no se le ocurrió mejor idea que el mismo día en que el mundo miraba esperanzado la asunción de Barack Obama, departir simpáticamente con Raúl Castro, el peor enemigo de Estados Unidos en toda América” (24 de enero de 2009).
“Cada vez más alejada del papel de recrear a Evita Capitana, lejos de desgañitarse ante los micrófonos, la Presidenta se sigue inclinando hacia el rol primera mandataria simpática, ocurrente y aún divertida, de imagen tan distendida como distinguida siempre en el vestir (…), también nos recordó que ella, ella mismísima, también es un ama de casa, cosa que por cierto habíamos olvidado por completo” (31 de enero).
“En 1943 otro golpe de Estado de militares nacionalistas llevó al país a mantener una inaudita neutralidad en la Segunda Guerra Mundial, de gélida indiferencia ante los crímenes del nazismo. En ese régimen de facto -cuyo último vicepresidente fue Juan Perón- se destacaron figuras descaradamente filonazis” (3 de febrero).
“En una semana acribillada por palabras calibre 45, también resonaron conceptos de parte de nuestra máxima dirigencia política. En el acto, revestido de inusual solemnidad, en el Teatro Argentino de La Plata, se oyó decir al interventor en el Comité Federal de Radiodifusión (Comfer), Grabriel Mariotto que “aquí hay un negocio que impide la felicidad del pueblo” (24 de marzo).
“El caso de la epidemia de dengue es una muestra cabal de cómo nuestros admirados gobernantes abordan las tragedias de la pobreza, que declaman combatir a fuerza de constantes aumentos de impuestos y evidente redistribución de la riqueza (…).Esas son algunas de las infinitas ventajas que obtienen los pobres al ser gobernados por mandatarios que no paran de proclamar sus continuadas políticas en favor de la causa nacional y popular” (26 de marzo).
“La Presidenta asistió a dos cumbres en pocos días. Primero, fue a la árabe, a la cual fueron invitados presidentes sudamericanos, en el democrático Qatar. Allí se distinguió al comparar la usurpación inglesa de Malvinas con el conflicto palestino-israelí. Y son muy parecidos, casi como dos gotas de agua. Toda una comparación. También se encontró allí con un reo internacional. Omar el Bachir, dictador de Sudán, tiene la captura ordenada por la Corte Penal Internacional por comprobadísimos crímenes de guerra. Eso sí, la Presidenta, férrea defensora de los derechos humanos, no se prestó a posar en una foto con él. Todo un gesto” (4 de abril).
“El país sufre la peor epidemia de dengue de su historia. De eso no hablan los principales políticos, ni tampoco la Presidenta, tan dicharachera para casi todo lo demás: la crisis internacional y cómo solucionarla, los organismos de crédito, los créditos para comprar heladeras y lavarropas, la redistribución de la riqueza, la necesidad de mayor carga impositiva, la desigualdad y etc, etc, etc. Su marido y la mayoría de la clase política no están abrumados por esta plaga que se extiende por la Argentina sembrando muerte y espanto. Están ocupados en el armado electoral para los comicios de junio” (11 de abril).
¡Qué guapo que es, Moreno! ¡Cómo nos gusta ese aire de recio que pone en la fotito del diario y el Clarín.putocom…! ¿No probó con el cine? Ay, es tan buen francotirador y desenfunda el pistolón con tanto garbo que Robert de Niro debe envidiarlo. Lástima que recién en estos últimos años se haya transformado en justiciero del Grupo y la clase mierda, siempre apuntando al mismo objetivo: los negros del peronismo, los burócratas del movimiento obrero y las dictaduras de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.
Qué lástima que no haya disparado ni un solo tiro en las épocas de Menem y De la Rúa. Qué lástima que no tenga nada para decir de los que pusieron a la Argentina con la soja al cuello. Qué lástima que con esa pose de intelectual desafiante se chupe la mandarina del periodismo independiente y objetivo que todo lo ve, todo lo cuenta y no tiene ningún otro interés que el de informar, (sanamente y en familia diría Carlitos Balá), a la gente.
Disimule un poco, Moreno, que a este ritmo se le va a ver la cola. Aunque el Grupo Clarín le pague bien y deje que tire al aire tus tilingas reflexiones (ahora también está en Radio Mitre… ¡Guau, profesor!), sea más vivo y menos impúdico. Por vergüenza, por un cachito de dignidad. Para que el día de mañana (u hoy mismo, para qué vamos a esperar) no tenga que comerse la galletita de haber sido un engranaje más de esta Mediocracia de mediocres. No sea como las urracas, Moreno. Porque esa “incontestable cosa llamada realidad” que -según dice- el gobierno se niega a reconocer, es la misma que usted contribuye a mantener bajo siete llaves (las del Grupo) haciéndose el distraído, como esos perritos de la calle a los que se los montan por atrás. ¿Quiere hablar de libertad de prensa y de libertad de empresa?
Ahí vamos… ¿Acaso no sabe que el Grupo, su Grupo, censuró a Luis Landriscina porque en el Canal Rural deschavó el negocio de José Aranda con George Soros, para llenar de arroz a los esteros del Iberá? ¿Tampoco se enteró de su compañera de 27 años que hace unos meses murió aplastada por el portón de seguridad de la planta gráfica de Pompeya? Moreno, no nos diga que tampoco se dio cuenta de que a Romina Piccolotti la ponían cada dos por tres en el semáforo rojo de la página 2 de su diario porque descubrió la contaminación de Papel Prensa en el Río Baradero. A ver… ¡Esta sí la tiene que saber…! Desde hace un mes se está llevando a cabo el juicio oral y público contra cuatro compañeros suyos, del sindicato gráfico, a los que el Grupo demonizó acusándolos de haber tomado la planta. Y hasta les embargó 40 mil pesos a cada uno.
Ah!, no lo sabía… Claro, se burla e ironiza en sus columnas sobre la “mafia” del peronismo y el gobierno. Pero de la mafia del periodismo ni una palabra… Ese silencio cómplice de la mayoría de los grandes medios por ocultar la trama de negocios e intereses del Grupo no entra en su consideración.
Entonces no se haga el adalid de la libertad de expresión. Sea menos cínico e hipócrita y escriba, escriba de lo que quiera. Pero deje de usar el disfraz de divo opinólogo de política, poder e intereses, porque el primero que está metido en todo eso y viola las normas más elementales de conducta es su Grupo.
Pero somos unos bolas, Moreno… Perdone la chambonada. Sabemos que en estos momentos se le hace difícil asumir la realidad (“la realidad que el gobierno niega”, como insiste por ahí). ¡Justo ahora vamos a venir a pedirle colaboración…! Claro, si usted está muy bien… El país se viene a pique, pero usted anda bárbaro. Porque encontró la comodidad intelectual por la que tanto luchó; está arriba de las 15 lucas por mes más algún ingreso extra; viaja por Europa; se hizo de un “nombre” y ¡hasta es reconocido en la calle! (díganos: ¿le piden muchos autógrafos…?) Es muy lindo todo eso, Moreno. De todos modos, al menos sincérese con su conciencia. Y no se mienta a usted mismo.
Una más y lo dejamos tranquilo: en su credencial de presentación de la página web del diario vemos que se define como “parte del inventario de Clarín”. ¡No diga…! Entonces debe ser tristísimo tener como meta llegar al momento (le falta poco, ¿no?) de cumplir 20 años en la empresa, para recibir una cocarda en el pecho de manos de la innoble Ernestina y del hombre de Magnesio. “Por la obediencia debida y los servicios prestados”, le grabarán en el anverso de la chafalonía. Qué triste, Moreno, qué triste…